Sunday, March 7, 2010

COMO LO VEO Y LO SIENTO

Se ha dicho, que la política es el arte de la hipocresía y, el político es aquel, que tiene la habilidad de prometer mucho y no cumplir nada. Desgraciadamente, este axioma nos hace pensar, que al igual que otras cosas, este es un mal necesario que tenemos que afrontar por no tener nosotros la habilidad de bregar con estos males necesarios producido por la necesidad de organizarnos e interrelacionarnos los unos con los otros. Pero, a pesar de todo esto, reconocemos que siempre es preferible la contradicción de la política y los políticos que la arbitrariedad de los dictadores y de los regímenes dictatoriales.
Ningún dictador es político, todos son abusadores y ventajistas que les gusta apabullar a los demás a como dé lugar y sin tener que dar justificación por sus acciones, por eso es que siempre los usurpadores del poder en Cuba, cuando tiene que hablar de establecer el dialogo con los gobiernos democráticos, con Los Estados Unidos, sobre todo, exigen el cacareado respecto, de parte del interlocutor, que ellos siempre están dispuesto a negarles a todos; incluso, a sus propios disidentes, a los cuales ofenden alevosamente y sin ningún tipo de consideración. Estos tipos, sin ninguna ideología que no sea la del despojo y avasallamiento, se hacen los ofendidos cuando a ellos se les exige que cumplan con sus compromisos internacionales con los derechos humanos de lo que ellos son signatarios por la sola razón de confundir o complacer a el resto de la comunidad internacional a los cuales ellos consideran tontos e ilusos llenos de vanidades y defectos como personas y a los cuales ellos gozan en engañar y ridiculizar.
Para ellos, los derechos humanos son para el beneficio de ellos, no, para el que piensa diferente, los otros no son humanos, son enemigos. Los cuales, prefieren morir, a tener que aceptarles sus desmanes y atropellos y, la comunidad internacional, cuando se les oponen, automáticamente son conceptuados como agentes del enemigo. Esta es su técnica contra los políticos democráticos, que agotan su tiempo en retoricas demagógicas inoperantes e incoherentes, para la realidad del que sufre, pero efectiva para satisfacer los intereses del déspota, que los hace sufrir hasta lo inhumano.
¿Donde está la opinión del presidente Nelson Mandela, sobre los negros cubanos que están sufriendo lo mismo que se dice el sufrió del gobierno de apartheid que gobernaba en su país? ¡Nada, silencio total!
¿Donde están los comentarios de Su Majestad el Rey de España Juan Carlos de Borbón? ¿Qué pasó, Su Alteza: no será que, El CALLATE YA, le costó muy caro y por eso ha preferido quedarse calladito usted?
Será que el único político democrático, que tiene testosteronas, es el pusilánime Álvaro Uribe de Colombia. Y, me refiero a él cómo pusilánime, porque así lo ven sus enemigos, que lo retan porque el señor es muy decente, pero pequeño y débil físicamente; ¡no moralmente! moralmente es un gigante de verdad. Lástima que cuando “El Mediador” Leonel Fernández, le pidió estrechar las manos de Hugo Chávez y de Rafael Correas: No le pudo dar un buen gaznatón a este último por descarado petulante y bajo.
Leonel Fernández, me hace perderle el respeto, que él mismo no se tiene; pienso que todo presidente de un país, tiene como primera obligación, proveer la felicidad de su pueblo en su gestión. Pero, para buscar el bienestar de su pueblo no debe aliarse a los dictadores de sus hermanos ni mucho menos alimentarse de la sangre que vierten los mismos, para de esa manera alimentar su nefasta y glotona barriga. El pueblo Dominicano merece mucho, pero no merece que su presidente traiciones las relaciones de luchas de los dos pueblos y socave el derecho a la libertad del hermano pueblo cubano, para obtener prebendas económicas mal habidas.

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