Saturday, January 22, 2011

La maldad o perversidad en el hombre

La maldad o perversidad en el hombre
Lo explicado en las primeras estrofas de este artículo no deja lugar a dudas, como diría un humorista local, “así es”, pero lo que sucede es que lo que nos lleva hacia el abismo es el producto del concepto expuesto en el último párrafo. La maldad o perversidad no es simplemente un sentimiento adquirido. No, es un sentimiento innato en algunos a quienes llamamos humanos y no lo son. La mayoría de las personas que vemos en las calles y en los trabajos y que comparten con nosotros no son seres humanos. Más bien son hombres y mujeres que quizás, están evolucionando para llegar a serlos, pero aun están muy lejos de ello.
El ser un humano, es una virtud concedida a algunos hombres por un Poder Superior y se obtiene por herencia; aunque la Ciencia quiera o no probarlo, por aquello de que para estar considerado políticamente correcto, hay que seguir usando la falacia de la igualdad del género, aunque con este lema igualitarista se hayan justificado muchas barbaridades que han afectado de forma indeleble a muchas sociedades en distintos lugares del mundo y como dijo Madame Roland, heroína de la Revolución Francesa: “¡Oh, Libertad, cuantos crímenes se comenten en tu nombre!” Y así, ¿Cómo pueden ser justificados los tiranos que se establecen con el dolor y sufrimientos de muchos? ¿Cómo se le pueden llamar humanos a los que masacran a sus semejantes? ¿Quién o quienes les enseñaron a matar sin ningún tipo de compasión? Puede que todos tengamos la misma figura más o menos, pero eso no quiere decir que a pesar de que poseamos cualidades antropomórficas similares, todos poseamos virtudes sublimizadas, como es el amor, la compasión, la templanza y otros de los llamados frutos del espíritu. Tampoco se puede hacer cambiar a las fieras su naturaleza por muchas enseñanzas filosóficas o religiosas que les expliquen y no se le puede estar echando la culpa a la televisión o al cine ni a ningún otro medio informático, porque eso también es falacia.

Sunday, January 16, 2011

La Caridad

La Caridad, Realmente no era un barco de paseo, era un parguero. Era un barco de aproximadamente cuarenta pies de eslora que contaba con su camarote y una forma amplia de salón expuesto por los costados y en la parte de atrás o popa, pero que contaba con su techo que nos protegía del sol, pero que no podía evitar que nos entrara el agua por los lados y nos mojara, ya que como explique no contaba con cubiertas laterales o quizás eran de lonas y no las bajaron para evitar la oscuridad. Lo cierto es, que la mayoría veníamos juntos y en el centro del barco, producto que casi todos veníamos vomitados y absolutamente todos mojados y posiblemente, según algunos comentarios, hasta embarrados de la menstruación de algunas mujeres, que como es natural en estos casos, es lo más probable y normal que acontezca. Excepto algunos (muy pocos) que no se marearon y que hicieron su viaje sentados tranquilos en los bordes laterales de la nave, yo diría que la mayoría nos mareamos.

Provocación

¿Cómo, te puedo decir?
¿Cómo, te puedo explicar?
¡Que tengo ganas de amar,
Y, de amarte hasta morir!
¡Yo tengo ganas hoy de ti,
De hacerte sentir también,
Si es que el vivir o el morir,
Pueden hacerte sentir bien!
¡Si compartimos también,
Provocándonos el sentir!

¡Es de oro fino y muy negro,
Un abismo en las pasiones,
Muy dentro los corazones,
De hombre que ama mujer,
Sin que pueda ella entender,
Los deseos que en su alma,
Se acumulan y lo arrastran,
Haciéndole perder rumbo,
Dirigiéndose aquel mundo,
Que le interrumpe la calma!

¡Ay mujer cuanta es la gana
De amarte la que yo tengo!
¡Quiero saber que tú sientes,
Logrando hacerte el amor!
¡Disfrutándote en la cama.
Es movimiento en cadencia!
¡Dulzura al son del trapiche
Embriagues con aguardiente!
¡El suave vaivén del vientre
Que Yemaaayááá… balancea!

¡Todo se pone aquí caliente
Mi negra en tú cuerpo lustro,
Y, yo siempre me pregunto!
¿Por qué, no hallo el misterio,
Que yo busco por los predios
De tú silueta y tú entorno?
¡Al final, siempre me asombro,
Recreándome en tus pechos!
¡Cuando gozamos de aquellos,
Dulces finos y bien sabrosos!

¡Quiero gozar sin asombro,
Sabiendo que ya eres mía!
¡Cumplir yo mis fantasías,
De amores y de lujurias!
¡Olvidarme las penurias,
Que tú falta me ocasiona!
¡Esperando que tú escojas,
El momento para amarnos,
Busquemos facilitarnos,
Los amores sin congojas!

¡Negra linda que me gustas,
Mucho mirando tu cuerpo!
¡¡Siento yo brinco en mi pecho
Que me despierta las ansias!!
¡Muy pronto se me arrebatan
Las hormonas que me fluyen!
¡Corriendo ríos que confluyen,
Atrayéndome hacia el centro!
¡Rebuscando allá muy adentro,
Lo que huelen tus perfumes!

¡Sé, que han sido mis fantasías,
Anhelos descabellados! ¡ ¡Quizás,
Muy ilusionado pretendiendo,
Inalcanzables, que me arrastren,
Hacia ti, haciéndome creer a mí,
Que sí, que yo pudiera lograrte!!
¡ ¡Gozar tú cuerpo e inspirarte,
Llegarte hasta lo más hondo,
Proponiéndome y propongo…
Que vivamos este instante!!

Myths and Books: ¿QUE LLEVAS EN TU ALMA?

Myths and Books: ¿QUE LLEVAS EN TU ALMA?

Poesía Para Un Sueño

Como los veo…
¡Hacía mucho que no te veía y te vi ayer!
¡Que triste es llenarse de falsas ilusiones!
Sufrir de aquellas, tan tristes, decepciones,
De aquellos amores, de tus ajenos pecados,
Aquellos que son los tuyos y que me dañan,
Por lados de sorpresas y de las confusiones,
Que usasteis como pretextos que te apañan.
Tal vez, no son los míos, pero me influyen
Mucho te soñé dormida entre tus sabanas,
Que eran blancas seda de brillo reluciente,
Puñales que en tus senos ya impacientes,
¡Puntiagudos y tersos, fuerza complaciente!
Tensión y presión constante ¡primorosos!
¡Buscaban alianza lasciva, pecado ansioso!
¡Más allá de mi poder, de tú deseo o desgano,
Que no me concedisteis gozar aquel pasado!
Me comentasteis que de grandes corregisteis,
Los supe siempre grandes y muy pulposos,
Cautivadores y avarós de caricias y fogosos,
¡Cuánto yo desee disfrutarlos bien ansiosos!
¡Como mangos dulces de sabores sabrosos!

Como los imagino…
¡Supe que lo cortasteis y me es muy penoso,
No libar aquellos mangos de placer y gusto!
¡Eran originales, dos grandiosos frutos,
Monumentos monolíticos muy precisos y duros!
¡Armamentos, en luchas humanas impetuosos,
Combatientes, en las pasiones, muy virtuosos,
Manantiales cristalinos relucientes y preciosos!
Frutos que procrean y alimentan a los críos,
Elixir abundante en los senos del prodigio,
Manantiales que emanan y procrean ansiosos,
Disfrutamos, aquel órgano materno y lácteo,
Corregido o no arreglado, reducido o alargado,
Necesario para grandes o chicos disfrutarlos,
¡Como el hilo de ensueños en el cielo plateo!
Muy logrados y en sus múltiples maneras,
Natural o prótesis, calculados mas elogiados.
No importan las formas si atractivos y rosados
Dos puntos del fuego eterno que en los rayos,
Germinan praderas que siembran los campos,
Nuestra tierra siempre recibirá el mandato,
Impeler de natura los nacimientos humanos.

Como los deseo…
Es el jugo que atrae la imaginación del bravo,
Producen las historias que corren en los años,
En los continentes, donde quiera que andamos,
Deslumbrando a todos, los cuales añoramos,
De los bosques y labrados y desde los pueblos,
¡Buscando, andamos muchos, luchando por ellos,
Docenas o cientos, si es así, logramos tenerlos!
Combates y guerras que destruyen el pasado,
Que importa el presente, si así lo deseamos,
Todos los queremos, siempre, lo anhelamos
Sin ellos, es posible no hubiésemos llegado,
Yo quiero los senos, que me han inspirado,
Motivaron a mi vida que la han fascinado,
¡Me gustan los tuyos, que son mis mimados!
¡Son deseos incoherentes que me han condenado!
¡Los miro y me excito, me impulsan libarlos!
¡Son capullos de flores y estrellas que brillan!
¡Las almas que aman sin cambiar en la orilla!
¡Como mares de aguas que nos producen vida!
¡Como mares con sales que nos abren heridas!
¡Que nos dan los amores de mujeres paridas!